Cuando visito una ciudad nueva - aparte de la parada obligatoria en el mercado de frutas y verduras- me gusta ir a ver tiendas de telas. La calidad de los tejidos y los colores difieren mucho de una ciudad a otra o de un país a otro, y a medida que se va más hacia el sur, los tejidos se aligeran y los colores avivan.
Estos bolsos los hice con telas que compré en algunos de mis viajes. ¡Un punto de color alegra las mañanas!